¿La Filosofía ha moldeado la Cosmovisión Cristiana?

La filosofía ha moldeado la cosmovisión cristiana

Si uno tiene hijos pequeños o pasa suficiente tiempo con un niño de entre 4-7 años se dará cuenta rápidamente que suelen ser filósofos natos. Se preguntan cosas que nosotros como adultos damos por sentado, a veces cuestionan el por qué de aspectos de la vida que para nosotros simplemente son así y ya, y buscan solucionar con sus recursos intelectuales temas que se les hacen interesantes.

Es justo esa actitud hacia la realidad y hacia cuestiones abstractas, pero de enorme trascendencia, que hacen florecer la experiencia de estar vivos. 

Esto es normal, dado que ser portadores de la Imagen de Dios en nosotros nos habilita a ser seres racionales. Sin embargo, junto con la verdad de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios está la otra realidad que experimenta todo hijo de Adán: El pecado.

La condición caída nubla la capacidad intelectual del ser humano (Ef.4.17-18; 1 Cor. 2.14), limitándose no solo a los asuntos espirituales, sino incluso no llegando a comprender todos los asuntos que hay debajo del Sol. Tal condición pone a todo ser humano en la posición de tener que ser iluminados para que los ojos del entendimiento vean más allá (Ef.1.16-19).

Estando en esta condición moral, intelectual y espiritual, el ser humano no está libre de prejuicios a la hora de tratar de comprender el mundo a su alrededor y de lograr acceder a las respuestas que su mera existencia plantea. Es, sin embargo, la experiencia de la gracia redentora el factor que pone al cristiano en una tensión que le ha llevado al Cristianismo 2,000 años abordar. 

Cosmovisión cristiana: Qué es y cómo se relaciona con la Filosofía

La experiencia de la regeneración pone al cristiano en un marco de referencia diferente al del resto de la humanidad. Debido a recibir la vida espiritual, ahora el cristiano ya no es ciego a las realidades más allá del plano terrenal (Jn 3.3-8; 1 Cor. 2.14-15), experiencia que lo debe mover a interpretar todas las cosas a la luz de dichas realidades mayores. Es en ese contexto que entra el tema de la cosmovisión. Como Núñez lo define, cosmovisión es:

Con esto en mente, entonces, es importante señalar que, dado que como seguidores de Jesús debemos tener presuposiciones distintivamente cristianas para entender todas las áreas de la vida, es justo en esa dinámica que la Filosofía tiene una función particular.

Al pensar bíblicamente sobre las diversas áreas de la vida y al interactuar con las diferentes disciplinas, de manera que se tenga una cosmovisión clara es la Biblia la que debe ser el ancla que haga estar firme en la verdad.

La dinámica entre teología, cosmovisión y filosofía, en ese sentido, es que ésta última ofrece los planteamientos a los cuáles la teología, informada y modelada por la revelación de Dios, da respuesta, dando como resultado una cosmovisión coherente. En otras palabras, la Biblia modela la teología cristiana, ésta usa a la filosofía como herramienta y ofrece, en ese proceso, respuestas a aspectos esenciales de la vida en el mundo de Dios. 

Toda esta dinámica, aunque ignorada por muchos y rechazada por otros, pasa en mayor o menor medida. La filosofía nos ayuda a pensar en los asuntos más esenciales de la vida y darle una respuesta bíblica. Como señala Sproul sobre la función de la Filosofía:

Esa función de la Filosofía, como se mencionó con el ejemplo de los niños y la imagen de Dios en nosotros, está enraizado en nosotros. De ahí que una de las principales tradiciones filosóficas a la hora de tratar de definir a la Filosofía3 en términos de su capacidad catalizadora para despertar el asombro al conocer el mundo y desear entenderlo y sistematiza dicho conocimiento.4 En ese contexto, un autor ofrece una definición básica pero clara de Filosofía como “la búsqueda del conocimiento y la sabiduría en aras del florecimiento”.5

Momentos clave en la historia de la Filosofía y la Fe

Ahora, a pesar de lo sencillo que puede sonar todo, el asunto no se resuelve tan fácil. La relación precisa entre la teología y la filosofía está envuelta en un debate que lleva 2,000 años tratando de hallar una solución definitiva. 

El nacimiento de la filosofía como disciplina en los términos que luego darían forma al pensamiento occidental ocurrió en Grecia, bajo una serie de pensadores como Tales de Mileto y Pitágoras, sin embargo, sería a partir de filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles que daría forma, no solo a su civilización, sino al resto del mundo. 

Sócrates mostró una admirable valentía ante la sentencia de muerte tras los cargos de impiedad y corromper a la juventud, producto de buscar hacerlos cuestionarse todo tipo de asuntos de su sociedad. 6

Platón, con su Mundo de las Ideas y obras como La República; y Aristóteles con el impacto de Ética a Nicómaco y Metafísica, sentaron las bases del pensamiento filosófico en todos los sentidos, tanto en la conceptualización abstracta como en cuestiones éticas. 

Sin embargo, fue el nacimiento y expansión de la fe cristiana la que comenzaría la larga y compleja relación entre la filosofía y la verdad de Dios revelada. Los primeros cristianos discreparon en cómo relacionarse con la amplia gama de aspectos de la filosofía griega, tan profundamente enraizada en la sociedad a la cual querían alcanzar con el evangelio. Los primeros 350 años de la Iglesia Primitiva tenemos a, por ejemplo, un Clemente y un Justino Mártir relativamente amigables con la filosofía.

Por otro lado, encontramos también el clásico caso de Tertuliano y su frase “¿qué tiene que ver Atenas y Jerusalén? ¿Qué la Academia con la Iglesia?”, desdeñando cualquier aporte de la filosofía griega; o hallamos igual a un Basilio de Cesarea que, a pesar de ver el valor de las herramientas retóricas y referencias éticas hasta cierto punto plasmadas en la literatura clásica, al hablar de su formación académica en Atenas cuando era joven dice que “Si falta la sabiduría que viene de Dios, estas adquisiciones [de la sabiduría y la sagacidad humana] no valen nada”.7

8A pesar de todo esto, la fe bíblica fue paulatinamente cristianizando al mundo heleno. Aunque han sido objeto de debate algunos detalles de su proceso de integración, podemos sintetizar el uso en mayor o menor medida de herramientas filosóficas por parte de los primeros cristianos en cuatro áreas: Los comentarios bíblicos, la reflexión teológica, la apologética.

Uno de los primeros y más grandes puntos de inflexión fue durante la encarnizada batalla que la Iglesia tuvo contra el arrianismo. En lo más recio de la lucha, y en medio de un descontrolado avance del arrianismo, el Credo Niceno logró estabilizar la ortodoxia cristiana, sin embargo, tanto en su momento como en la actualidad, presentó la polémica del uso del lenguaje extra bíblico para explicar y defender las verdades contenidas en la Biblia. Como señala Williams:

Palabras como “Ser”, “Persona”, “Esencia” o “Sustancia”, provenientes del contexto filosófico, acompañaron a la fe cristiana en la articulación de su teología de ahí en adelante. 

Siguiendo este patrón, Agustín de Hipona integró una serie de aspectos del Neoplatonismo,10 el cual diría que lo ayudó en su proceso de liberarse intelectualmente del Maniqueísmo, y que reforzaron verdades cristianas como la trascendencia de Dios, el alma inmoral y detalles de la epistemología. Con todo, la máxima atribuída a Agustín de “Creo para entender” sentó las bases de la filosofía durante el Medievo, ofreciendo un ambiente para que floreciera el pensamiento filosófico, en sujeción a la teología. 

En los próximos siglos, con el inicio de la Edad Media, la relación entre Filosofía y Teología se estabilizó más, pero también se generaron otra serie de debates. El uso de herramientas filosóficas por parte de Anselmo de Canterbury a principios del siglo X dió como fruto una serie de formulaciones intelectuales con una amplia influencia teológica, sobre todo en su obra Cur Deus Homo (¿Por qué Dios se hizo hombre?) y en su famoso argumento ontológico sobre la existencia de Dios. Debido a la influencia de Agustín, se le atribuye la frase “fe que busca entendimiento”, enseñanza que sintetiza lo expuesto en su obra Proslogion

Con todo, otro de los puntos de inflexión ocurrió con la imponente figura intelectual de Tomás de Aquino. Este monje de mediados del siglo XIII integró su teología con el pensamiento aristotélico. Cuestiones como su visión de la Ley Natural, la relación entre fe y razón y sus argumentos en favor de la existencia de Dios recogidos en su Suma Teológica, fueron de los principales aportes del llamado “Buey mudo”. 11Tomás y Anselmo definieron lo que se denominó la Escolástica, método que enfatizó sintetizar las verdades teológicas con un férreo proceso de razonamiento lógico, valiéndose sobre todo del pensamiento de Aristóteles. 

Fue entonces el Escolasticismo el que marcó durante varios siglos la relación entre la Teología y la Filosofía, poniendo a la segunda como sierva de la primera. Sin embargo, para muchos dicha relación frecuentemente terminó cruzando la raya y para el final de la Edad Media, la filosofía se había rebelado. 

Llegando a otro punto trascendental en la relación entre filosofía y teología, fue en la Reforma Protestante cuando se cuestionó la forma en que el Escolasticismo había organizado la relación entre fe y razón. Tanto los reformadores 12como las generaciones durante la Post-Reforma, teniendo una menor confianza en la razón13 y su capacidad de comprender verdades espirituales, dieron forma a su propia versión del Escolasticismo. 14

Esta tendencia, aunque benéfica en el establecimiento de una teología robusta en el ala reformada, el advenimiento de la Ilustración fue complicando la relación entre la fe y la razón. La emancipación política de las naciones frente al Catolicismo Romano, así como eventos clave como la Revolución Francesa, fragmentaron a Occidente y con ello, le quitaron a la Teología el trono de “reina de las Ciencias”. 

Uno de los más importante aportes a la relación entre fe y razón en medio de la Ilustración lo hizo Emmanuel Kant.15 Kant negó que se pudiera acceder al verdadero conocimiento de lo divino a través de la razón, enfatizando más un camino moral y subjetivo para tener certezas sobre Dios. Aunque la respuesta de Kant pudo servir para contrarrestar a la oleada secularizante de la Ilustración, llevó a la fe a un área más personal, abonando a sacarla de la arena pública y del debate racional. 

Desde ese momento, la teología y la fe fueron quedando excluidas de otras disciplinas, problema que empeoró con la crisis que trajo el Liberalismo Teológico a finales del siglo XIX.

Cómo usar la filosofía para fortalecer la cosmovisión cristiana

A pesar del estado actual de la relación entre la fe y la razón, ésta ha ido cambiando en las últimas décadas ante la problemática que ha significado el Posmodernismo.

Teniendo en mente los beneficios que llegó a darle la Filosofía a la fe cristiana, es posible, entonces, establecer de forma general de esta manera: La filosofía, como sierva de la teología cristiana, se sujeta a la revelación especial de Dios ayudándola a clarificar y comunicar su mensaje, de tal manera que cumpla su misión. En ese sentido, es vital recordar que la exégesis al texto bíblico es la que debe dirigir el camino, no el contenido de alguna filosofía en particular. Como señala Erikson:

En ese sentido, las principales aplicaciones de todo esto para los seguidores de Cristo 17pueden ser:

La reflexión teológica: En el proceso de construir una teología sistemática conforme a la revelación de Dios, la filosofía es útil al definir conceptos y presentar ideas de forma coherente. 

La labor apologética: Al defender la fe cristiana, la filosofía puede ser una herramienta muy útil para armar un caso a favor de la verdad de Dios. Independientemente de la postura que se tenga sobre la utilidad y uso de la apologética, la filosofía puede contribuir a la “claridad en el entendimiento, consistencia en argumentos y la contemporaneidad de la expresión”. 18

Interacción cultural: En el proceso de discipulado y enseñanza a los creyentes, y para la defensa de la fe ante un mundo incrédulo (y fortaleciendo a los cristianos), relacionarse con aspectos de la ética, sociedad, historia o política, etc, la filosofía ayuda a saber pensar bíblicamente en términos que la gente a nuestro alrededor entienda mejor. Juzgar con justo juicio (Jn. 7.24) el acontecer a nuestro alrededor siempre será ser fieles al llamado de Dios donde sea que estemos.

  1.  Nuñez, M. “Renueva tu mente: Una perspectiva bíblica del mundo y de la vida”. (Editorial Vida, Edición de Kindle) Pág. 3. ↩︎
  2.  Sproul. R. “Las ideas tienen consecuencias” (Kerigma, Salem, 2020) Página 11. ↩︎
  3. El intento de definir a la Filosofía como disciplina ha dejado ríos de tinta los últimos. Desde su simple etimología, hasta detalles de su objeto de estudio, sin embargo, la definición no ha sido un tema unánime a lo largo de la historia y varía según la escuela filosófica. ↩︎
  4. Dew, J. “Philosophy: A Christian Introduction” (Baker, Michigan, 2019) Everand, pág.11. ↩︎
  5. Ibid, pág.11. ↩︎
  6. Sus acusaciones y actitud están recogidas sobre todo por Platón su discípulo en Platón. “Apología de Sócrates” (Gredos, Edición Kindle) Págs. 45-46. ↩︎
  7. Citado por Michael Haykin en Haykin,M “Redescubriendo a los Padres de la Iglesia: Quiénes eran y cómo moldearon a la Iglesia”. (Salem, Kerigma, 2021) Página 115. ↩︎
  8. Estas áreas y todo lo relacionado a la herencia filosófica y teológica del Cristianismo está detallado en Svenson, M. “La Reforma Protestante y la Tradición Intelectual Cristiana”. (Barcelona, CLIE, 2016) ↩︎
  9. Williams, D. “Retrieving the Tradition and Renewing Evangelicalism: A Primer for Suspicious Protestant” (Eerdmans Publishing, Posición en Kindle 352-356). Edición de Kindle. ↩︎
  10. Para una explicación de la relación entre Agustín y el Neoplatonismo ver Carter, C. “Interpretando la Escritura con la Gran Tradición: Recuperando el espíritu de la exégesis premoderna” (Perú, Teología para Vivir, 2022). ↩︎
  11. Su gran tamaño y el hecho de que pasara grandes periodos de tiempo reflexionando le hizo ganarse ese apodo entre sus compañeros. ↩︎
  12. En el capítulo V del capítulo I de sus Instituciones, Calvino muestra tanto un espacio para aprender de los filósofos clásicos como de la insuficiencia de éstos para conocer a Dios y Su voluntad, así como de lo innecesario de depender de lo enseñado por éstos. ↩︎
  13. Lutero mostró un especial rechazo hacia la Filosofía, actitud menos marcada en reformadores posteriores. ↩︎
  14. Van Asselt y Rouwendal definen al Escolasticismo Reformado como “la teología académica de las escuelas tal como se practicaba en la época de la ortodoxia, utilizando el método escolástico en la exposición de la doctrina y en cuanto al contenido, está vinculado a las confesiones reformadas”. Ver Van Asselt, W. “Una introducción al Escolasticismo Reformado: Una guía esencial para la Teología de la Reforma” (Perú, Teología para Vivir, 2024) ↩︎
  15. Para un resumen sucinto y útil sobre Kant ver el capítulo que se le dedica en Sproul,R. “Las ideas tienen consecuencias” (Kerigma, Salem, 2020) ↩︎
  16. Teología sistemática”, ed. Jonatán Haley, trans. Beatriz Fernández, Segunda Edición., Colección Teológica Contemporánea (Viladecavalls, Barcelona: Editorial Clie, 2008).57. ↩︎
  17. Puede encontrarse una exposición más amplia de esto en Erickson,M. “Teología sistemática”, ed. Jonatán Haley, trans. Beatriz Fernández, Segunda Edición., Colección Teológica Contemporánea (Viladecavalls, Barcelona: Editorial Clie, 2008). Y también en Svigel, M; Kreider, G. “A Practical Primer on theological method”. (Grand Rapids, Zondervan Academic, 2019) ↩︎
  18. Svigel, M; Kreider, G. “A Practical Primer on theological method”. (Grand Rapids, Zondervan Academic, 2019) Página 102. ↩︎

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