¿Qué es un devocional? ¿Por qué debo comenzar uno? y ¿Cómo hacerlo sin morir en el intento?

¿Cómo hacer un devocional?

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él…” (Jos. 1:8, RVR60).

El mandamiento es claro, el cristiano nunca debe apartarse de la Palabra de Dios, más bien, en todo tiempo debe meditar y reflexionar en ella. A ese tiempo especial con el Señor y su Palabra comúnmente le llamamos devocional. Preguntando al Buscador de Logos: ¿Qué es un devocional?, nos arroja la siguiente respuesta:

Un devocional entonces es un tiempo especial que dedicamos para leer y meditar en la Palabra de Dios, orar, adorar y fortalecer nuestra relación personal con el Señor. O como menciona Ogden, “es un encuentro diario y a solas entre un discípulo y el Señor Jesucristo”.1

En otras palabras, es una disciplina espiritual que ayuda a los creyentes a enfocarse en los principios bíblicos, recibir guía divina y crecer en fe. MacArthur comenta: “el hombre espiritualmente “feliz” está caracterizado por la constante contemplación y asimilación de la Palabra de Dios para dirección ética y en obediencia”.2

La vida de oración es indispensable para la santidad (Mr. 6:46; Lc. 22:41) y la comunión con Dios y su Palabra es esencial para el progreso espiritual (Sal.1:2). Sin estos pilares, el desarrollo de una vida cristiana plena y consagrada resulta imposible. Por tanto, no será posible avanzar en nuestra transformación para reflejar el carácter de Cristo sin la práctica constante de una vida devocional.

La importancia de los devocionales

Las Escrituras nos llaman a buscar una relación más cercana con Dios. El AT nos dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Sal. 46:10). El NT nos exhorta diciendo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…” (Mt. 6:33). Tenemos un llamado a priorizar a Dios en nuestra vida, a meditar en su Palabra, a apartar un tiempo específico para estar en quietud y escuchar su voz para renovar nuestro espíritu y fortalecernos en Él. 

Ogden dice: “el discípulo debería buscar un momento cada día para apartarse de los asuntos de esta vida y tener un tiempo de silencio, de encuentro personal con su Señor y Salvador”.3 Los devocionales, entonces, debieran reflejar nuestro anhelo de comunión con Dios, tal como Jesús mismo apartaba tiempo para estar a solas con el Padre, siendo Él ejemplo perfecto para nosotros (Lc. 5:16). 

En este sentido, los devocionales tienen una importancia espiritual vital al fortalecer nuestra relación personal con Dios de diferentes formas:

Intimidad con Dios y fortaleza de fe

Los devocionales fomentan una relación más cercana e íntima con Dios (Jer. 29:13). Este tiempo permite experimentar la presencia de Dios y escuchar Su voz de manera personal. El tiempo que pasamos con Dios nos ayuda a conocer Su carácter y Su voluntad para nuestras vidas. De igual forma, meditar en las Escrituras fortalece nuestra confianza en el Señor (Ro. 10:17) y nos recuerda Sus promesas para enfrentar los desafíos de la vida con una perspectiva divina, proporcionándonos fortaleza y seguridad en medio de la incertidumbre​.

Dirección y Sabiduría Divina

Los creyentes encontramos en la meditación de la Palabra una guía espiritual, respuestas a preguntas y dirección para tomar decisiones que glorifiquen al Señor (Sal. 119:105). Sinceramente, “creo que la meditación en las Escrituras es la necesidad devocional más importante para la mayoría de los cristianos”.[4] Los devocionales nos ayudan a discernir la voluntad de Dios y a priorizar nuestras vidas conforme a Sus propósitos, fortaleciendo así nuestra relación con Él.

Paz y transformación del carácter

El tiempo con Dios nos permite experimentar una paz que sobrepasa todo entendimiento (Mt. 11:28; Fil. 4:6-7), ayuda a combatir la ansiedad y renueva nuestro espíritu​. Los devocionales son un refugio espiritual donde podemos liberar nuestras preocupaciones y cargas del día a día, y ser llenos de esperanza y fortaleza. También, meditar en la Palabra de Dios moldea nuestros pensamientos, actitudes y acciones (Ro. 12:2), alineándolos con Su voluntad e impactando a quienes nos rodean, convirtiéndonos en un testimonio vivo del amor y la gracia de Dios.

Errores comunes al comenzar un devocional

Es esencial reconocer y evitar los errores que podrían dificultarnos construir una vida devocional sólida y duradera. Aquí, algunos de los más comunes:

1.     Expectativas irreales y falta de planificación

Muchas personas comienzan con la idea de que deben dedicar largas horas o tener experiencias espirituales trascendentales. Si bien es importante ser intencional, estas expectativas pueden generar frustración o desmotivación cuando no se cumplen (Ec. 3:1). Otro error frecuente es no planificar el tiempo devocional (Prv. 21:5), lo que puede llevar a distracciones y a pensamientos sin un propósito definido. Tener un plan estructurado, ayudará a mantener el enfoque. 

2.     Hacerlo por obligación y no por devoción

La motivación detrás de un devocional es crucial. Muchas personas comienzan por sentir que “es lo que se debe hacer”, esta actitud puede convertir el devocional en una tarea monótona y sin vida, perdiendo su esencia espiritual. Dios desea una relación auténtica con nosotros (Os. 6:6). 

3.     No aplicar lo aprendido

Meditar en la Palabra de Dios es solo el primer paso; aplicarla en nuestra vida diaria es lo que realmente transforma nuestro carácter y fortalece nuestra relación con Él (Stg. 1:22). Si el devocional nos recuerda la importancia de perdonar, debemos buscar oportunidades para extender ese perdón a quienes nos rodean. 

4.     Falta de consistencia

La inconsistencia es uno de los mayores obstáculos para establecer un hábito devocional. “Nuestros días suelen estar más que llenos de suficiente ruido, mucha prisa e igual cantidad de personas ocupadas. A menos que planifiquemos tener a diario momentos de silencio solitario delante de Dios, estas otras cosas se abalanzarán para llenar nuestro tiempo como el agua al Titanic”.4 Daniel 6:10 es un ejemplo de disciplina devocional. 

5.     Subestimar la importancia del Espíritu Santo

Muchas personas abordan los devocionales como una actividad intelectual, olvidando la guía y el poder del Espíritu Santo. Juan 14:26 dice: “el Espíritu Santo… os enseñará todas las cosas, y os recordará todo… “. Sin la guía del Espíritu Santo, los devocionales podrían quedarse en un nivel superficial. Él es quien ilumina las Escrituras, nos convence de pecado y nos guía hacia la verdad. 

Guía paso a paso para comenzar un devocional

No existen fórmulas fijas ni reglas universales para llevar a cabo un devocional diario. Sin embargo, te presento un modelo simple:

1.     Establece un horario. Elige un momento del día en que puedas estar tranquilo y enfocado. Ese momento sin interrupciones será valioso.

2.     Establece un plan devocional. Lee un libro de la Biblia, o puedes elegir un tema o libro de tu preferencia también.

3.     Comienza con oración. Pide al Espíritu Santo que te guíe y te ayude a entender y aplicar lo que leas (Jn. 14:26).

4.     Lee la Biblia y medítala. Observa, interpreta y aplica. ¿Qué dice el pasaje?, ¿Qué significa?, ¿Cómo puedes aplicar lo aprendido a tu vida diaria?

5.     Escribe. Anota versículos clave, oraciones, reflexiones o compromisos personales.

6.     Termina en oración. Agradece a Dios por lo que aprendiste. Ora por fortaleza para aplicar lo que has reflexionado.

Algunas herramientas o recursos útiles para tu devocional son los planes de lectura bíblica, guías diarias, comentarios bíblicos y libros devocionales. Entre los que te podría recomendar y que puedes encontrar en Logos están:

· Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra: Vol. I y II. de D. A. Carson

· La Biblia Reina-Valera 1960 Biblia cronológica: Día por día.

· La Chequera del Banco de la Fe de Charles Spurgeon

· Toda la Biblia en un año: Reflexiones diarias Desde Génesis hasta Apocalipsis de John Stott

Si disfrutas estudiar en Logos, como es mi caso, puedo recomendarte también hacer uso de sus valiosas herramientas. Puedes crear un “Plan de Lectura” bíblico o de cualquier otro libro de tu interés que se adapte a tus necesidades. Otra opción es la Guía  “Orar las Escrituras” donde podrás encontrar el contenido de tus oraciones a través de la adoración, confesión, acción de gracias, súplica, consagración y la intercesión.

Cómo perseverar en los devocionales —sin morir en el intento

Un devocional es más que una rutina; es un encuentro personal con Dios que transforma el corazón y la mente, preparándonos para vivir de acuerdo con Su voluntad. Algunas sugerencias de cómo perseverar, sin morir en el intento, son:

1.     Recuerda el propósito de tu devocional y depende del Espíritu Santo

La clave para perseverar es recordar el propósito principal: profundizar y fortalecer nuestra comunión con Dios. Debemos mantener un deseo sincero de buscar a Dios (Sal. 42:1-2), esto evitará que los devocionales se conviertan en un mero hábito rutinario. Recuerda que el Espíritu Santo es nuestro guía en la vida devocional (Jn. 14:26). Comenzar el devocional con una oración para que el Espíritu Santo dirija nuestro devocional es el primer gran paso.

2.     Establece un ambiente propicio y metas realistas

Un lugar adecuado y una atmósfera tranquila son esenciales para un tiempo devocional productivo. Jesús mismo buscaba lugares apartados para orar (Mr. 1:35). Crear un espacio dedicado y libre de distracciones te ayudará a enfocarte y crear una conexión más profunda con Dios. Es importante empezar con metas pequeñas y aumentarlas gradualmente. Dedicar 10-15 minutos diarios es un buen punto de partida. La perseverancia en los pequeños pasos lleva a grandes frutos espirituales (Gál. 6:9).

3.     Varía los métodos

La Palabra de Dios es rica y variada (Sal. 119:18), y estudiarla desde diferentes perspectivas puede mantener tu devocional fresco y significativo. De tiempo en tiempo, cambia el enfoque y los métodos para revitalizar tu devocional. Algunas opciones son:

·       Estudia un libro de la Biblia: analiza un libro completo, versículo a versículo, para comprenderlo a profundidad.

·       La lectura temática: escoge un tema específico, como el amor, la fe o la gracia, y busca pasajes relacionados.

·       Usa métodos creativos: un diario, dibujos o escritura reflexiva para expresar lo que has aprendido. Incorporar música de adoración en el tiempo devocional puede enriquecer tu experiencia (Ef. 5:19).

4.     Reflexiona y aplica lo aprendido

Es vital reflexionar sobre lo aprendido y llevar un diario es una excelente manera de hacerlo. Bien dice Whitney: “Como cristiano, su diario es un lugar para documentar las obras y los caminos de Dios en su vida”. 5 Puedes llevar tu diario en Logos si así lo prefieres. De igual forma, compartir los devocionales con otros puede traer frescura, nuevas perspectivas y ayudar a mantener el hábito vivo y significativo (He. 10:24-25).

Que el Señor nos permita comprender la relevancia y el valor de la oración, la meditación y el estudio de Su Palabra en nuestros devocionales. Mi oración es que despierte en nosotros un anhelo ferviente por buscarle más y más, y podamos decir: 

  1. Ogden, G. J. (2006). Manual del Discipulado: Creciendo y ayudando a otros a crecer (A. F. Ortiz & D. G. Bataller, Eds.; D. G. Bataller, Trad.; p. 49). Editorial CLIE. ↩︎
  2. MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Sal 1:2). Thomas Nelson. ↩︎
  3.  Ogden, G. J. (2006). Manual del Discipulado: Creciendo y ayudando a otros a crecer (A. F. Ortiz & D. G. Bataller, Eds.; D. G. Bataller, Trad.; p. 46). Editorial CLIE. ↩︎
  4. Whitney, D. S. (2016). Disciplinas espirituales para la vida cristiana (p. 279). Tyndale House Publishers. ↩︎
  5. Ibid ↩︎