Lo que para nosotros significa alguna breve nota al pie o algunas cientos de páginas condensadas en un libro a manera de comentario, para el autor es el resultado de horas en la presencia de Dios buscando su rostro en oración…
Como estudiante y predicador de la Palabra de Dios comparto con muchos consiervos la pasión por ir profundo en la Escritura. Esa fue una de mis mayores motivaciones de inscribirme en un seminario, adquirir el conocimiento y herramientas necesarias para poder ir cada vez más profundo y brindar a la congregación el alimento necesario para su edificación.
Los primeros años fueron fantásticos, estudiaba, practicaba, sentía un gran avance en mi desempeño como estudiante. En el año 2015 enfrenté el primer gran reto de mi nueva carrera, comencé a desempeñar lo que hemos llamado el ministerio bi-vocacional. En octubre de ese año tomé una posición de tiempo completo en una compañía, así que a partir de ese momento estudiaba y servía al Señor en mi familia, la iglesia y en mi trabajo.
Había llegado el momento de sacar todo el provecho posible de las herramientas que el seminario me brindó.
Cada vez era más complicado invertir la misma cantidad de tiempo en la preparación de mis sermones, especificamente en el momento de estudiar la Palabra en su contexto social, cultural, político, geográfico. No podía dedicar tanto tiempo consultando decenas de recursos, mapas, léxicos, etc. Así que tenía que tomar una decisión, no estaba dispuesto a dejar ninguna de las responsabilidades a las que el Señor me había llamado, así que solo tenía dos opciones:
- Continuar sobre exprimiendo mi tiempo para dar mi mejor versión en cada responsabilidad, con el riesgo latente de quemarme.
- Encontrar nuevas herramientas que me ayudaran a ser más efectivo de manera que tuviera el equilibro deseado.
Elegí la segunda y el éxito dependía en gran manera de mi búsqueda primaria de estas herramientas. Así fue como comencé a conectar mis necesidades con el Software Bíblico Logos, lo primero que me impactó es que era una sola plataforma que integraba las herramientas que yo había recibido en el seminario: Diferentes versiones de la Biblia, aplicaciones para estudiar cada palabra en su idioma original,
Sin duda, escribir un comentario, no es una tarea sencilla, necesita más que un conocimiento superfluo de la verdad de Dios. A lo largo de la historia podemos darnos cuenta que aquellos que Dios ha usado para esta tarea muestran en común: Un deseo genuino por la edificación del cuerpo de Cristo.
Lo que para nosotros significa alguna breve nota al pie o algunas cientos de páginas condensadas en un libro a manera de comentario, para el autor es el resultado de horas en la presencia de Dios buscando su rostro en oración, yendo al texto una y otra vez, comparando la Escritura a la luz de la misma Escritura.
Por esta razón me atrevo a decir que debemos valorar estos recursos, al mismo tiempo que debemos de ser responsables en colocarlos al nivel que les corresponde, déjeme hablarle sobre algunos de los errores más comunes en el uso de un comentario bíblico:
Errores más comúnes en el uso de comentario bíblicos
- Usarlo como una fuente de inspiración. Un comentario Bíblico no debe ser la fuente de la cual proceda nuestra inspiración a la hora de nuestro estudio personal.
- Usarlo como autoridad canónica. Un comentario bíblico nunca podrá estar al nivel ni por encima de la Biblia.
- No consultarlo. Un comentario es una herramienta valiosa en la tarea del estudio bíblico profundo.
Estos recursos no son meramente productos de conocimiento superficial; más bien, representan el fruto de horas dedicadas a la presencia de Dios, a la oración y al estudio cuidadoso de las Escrituras.
Sin embargo, es esencial recordar que los comentarios bíblicos deben ser utilizados con sabiduría y discernimiento. No debemos depender de ellos como nuestra única fuente de inspiración, ni elevarlos al nivel de autoridad canónica sobre la Palabra de Dios misma. En cambio, debemos valorarlos como herramientas valiosas que nos ayudan en nuestro estudio bíblico profundo y enriquecen nuestra comprensión de las Escrituras.
Al honrar y utilizar adecuadamente estos recursos, podemos avanzar con confianza en nuestro viaje de estudio y predicación, equipados para edificar y fortalecer el cuerpo de Cristo de manera efectiva. Que este recordatorio nos impulse a emplear sabiamente los comentarios bíblicos en nuestro continuo crecimiento espiritual y ministerial.