Los secretos que yacen bajo la superficie

La Biblia es un tesoro de bendiciones evidentes a simple vista, pero su verdadero valor se encuentra en las profundidades que yacen bajo su superficie. Esta es una de las principales razones por la que las bibliotecas de Logos han alcanzado gran notoriedad. En ellas, se adentra uno más allá del español, explorando los matices de la verdad que solo los idiomas originales logran revelar. Y esto no solo ocurre en versículos oscuros sino aún en los más conocidos.

Tomemos por ejemplo el versículo mejor conocido del NT Juan 3:16, el cual afirma que Dios ha enviado a su hijo “unigénito”. La palabra unigénito tiene la connotación de aquel que tuvo un principio, que fue engendrado, como el único engendrado hijo de Dios. Esta traducción fascina a los Testigos de Jehová, porque connota que Jesús fue creado por Dios Padre y por ende: una criatura.

Sin embargo, cuando consultamos el estudio de Palabra en Logos, léxicos como BDAG aclaran que la palabra “unigénito”, monogenes en griego, es una palabra compuesta, μονο, y la segunda palabra no es como muchos han pensado γεννάω (gennaō, “engendrar, dar a luz”), sino del sustantivo γένος (genos, “clase, tipo”). El término significa literalmente “único en su clase” o “singular”, sin connotación de tiempo ni origen.

La corroboración de este sentido se muestra en el propio Nuevo Testamento. En Hebreos 11:17, a Isaac se le llama μονογενής (monogenēs) de Abraham, pero Isaac no fue el único hijo que Abraham engendró, ya que engendró a Ismael antes que a Isaac. El término debe significar que Isaac era el hijo único (especial) de Abraham, el hijo de las promesas del pacto y la línea a través de la cual vendría el Mesías. Así como Yahvé es un ים ִלהֹ ֱא elohim, y ningún otro ים ִלהֹ ֱא elohim es como Yahvé, Jesús es el hijo único, y ningún otro hijo de Dios es como Él.

Entonces, el significado de monogenēs afirma que no se trata del único hijo de Dios, sino del hijo de Dios que es único, especial, incomparable.

Los tesoros en el mar no se encuentran flotando sino reposando en el fondo del mar, si nosotros no tenemos herramientas para profundizar en el estudio, no podremos encontrar los tesoros que yacen en los lenguajes originales en los que Dios plasmó sus benditas verdades.

Prepárate a estudiar la Biblia bien, pues no hay estudio que redunde en más bendiciones como este.