Apologética… ¿para qué?

Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona.

(Col 4:6, NBLA, énfasis añadido)

En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza cristiana que tienen, estén siempre preparados para dar una explicación.

(1Pe 3:15, NTV, énfasis añadido)

Estos textos tienen algo en común: necesitamos estar preparados para responder. Pero ¿responder a qué o a quiénes? Bien, desde los primeros años de la Iglesia Primitiva las personas “atacaron” a las creencias cristianas en general y a la persona de Jesús en particular. Durante muchos años y ¡siglos! Se debatió si Jesús era 100% divino o humano y actualmente, los no cristianos se preguntan si la Biblia es confiable, si en verdad es la Palabra de Dios. Es más, varios atacan a la fe cristiana porque la ven como absurda o irracional. Básicamente, durante siglos se ha desafiado a la cosmovisión cristiana y es ahí donde debemos defender nuestra fe… “estar preparados para dar una explicación”. Este es un requisito para todo cristiano. Sin excepciones.

Antes de dar las razones para aprender o profundizar en la apologética sería bueno dar una definición de esta. Varios académicos han dicho que la apologética:

“Es la defensa racional de la religión cristiana”.

RC Sproul y Arthur Lindsey.

“Consiste de tres elementos interrelacionados: (1) prueba, confirmación racional de la fe; (2) defensa, respuestas a las críticas; y (3) ofensa, plantear críticas contra las ideas no cristianas”.

John Frame.

“La apologética (del griego apologia: defensa) es aquella rama de la teología cristiana que trata de proporcionar una justificación racional de las pretensiones de verdad de la fe cristiana”.

William Lane Craig.

Estas definiciones pueden sonar muy “profundas y académicas” y quizás, hasta pensaríamos que solo pueden estudiar la apologética los “capaces”, los “filósofos” o los más “preparados”. Pero no es el caso. La apologética sencillamente es una defensa racional de la fe cristiana. Ahora bien, existen varias razones para hacer apologética, sin embargo, pondré 3 como las principales o más importantes:

Ganar a los incrédulos

Sabemos que nosotros no “traemos” a las personas a Dios. Cuando alguien pone su fe en Jesús, fue porque Dios lo llamó primero (Jn 6:44). Sin embargo, la apologética nos ayuda a lidiar con las dudas de aquellos a quienes estamos testificando, ayudándonos a “quitar los baches del camino a la cruz”. La apologética nos ayuda a enfrentarnos a las dudas, los argumentos o la confusión de la gente de una manera que les señale la verdad del evangelio.

Fortalecer a los creyentes

La segunda razón sería fortalecer a los creyentes, ya sea a uno mismo o a un hermano en la fe. Al unir nuestros corazones con nuestras mentes, nos volvemos más audaces y más confiados en lo que creemos. Esta confianza intelectual puede ayudarnos a mantener los pies en la tierra en momentos de duda o en tiempos difíciles en los que puede que solo oigamos un susurro de Dios, a diferencia de una época anterior de nuestras vidas en la que nuestra experiencia de fe pudo haber sido más “apasionante”.

“Moldear” a la cultura

Al aprender y familiarizarnos con la apologética, contribuimos a modelar la cultura que nos rodea en nuestros hogares, en nuestros lugares de trabajo y en nuestras esferas sociales. Es especialmente importante que, como creyentes, nos tomemos esto en serio, ya que nuestra cultura se está volviendo cada vez más pos-cristiana.

Si tú eres un “principiante” en esta rama, me encantaría sugerirte iniciar con estas lecturas:

Si ya te has adentrado a la apologética y quieres un poco más de profundidad en temas específicos, puedes continuar tus lecturas con esto:

Un nivel más avanzado:

Recuerden, es importante estar preparados ¿qué esperas para prepararte y defender tu fe?