La exégesis no es un trabajo sencillo, necesita de temor a Dios, pasión por su palabra, oración, discernimiento, honestidad para reconocer nuestras fortalezas y aplicarlas en el estudio, así como humildad para reconocer nuestras debilidades y tomar ayuda.
En mi propia experiencia nuca se llega a ser un experto en tal tarea, con el tiempo y la práctica se van desarrollando habilidades, pero siempre hay datos, información, cosas nuevas que van surgiendo cuanto más nos adentramos en el texto y otras tantas que pasan desapercibidas a nuestros ojos pero que son reveladas a otros estudiosos, es aquí donde toma sentido la sabiduría vertida en comentarios de alto nivel como el NAC, los comentarios no vienen a ser nuestra primer fuente de información y/o interpretación, no son la primera herramienta en la ardua labor de la exégesis pero sin duda son el broche de oro en una jornada de estudio serio.
El NAC se ha convertido en el cierre perfecto para mis estudios personales, porque después de mi tiempo invertido en el estudio de la Escritura y cuando creo que ya no puede haber algo más que brote del texto vengo a este recurso donde puedo obtener provecho del estudio de más de 20 eruditos en diferentes áreas de la teología, que a diferencia de otros comentarios, en el NAC usan un lenguaje sencillo, con una claridad muy útil tanto en el planteamiento exegético como en las aplicaciones del texto.
Estoy convencido que el NAC es un recurso que debe estar en las bibliotecas de cada miembro de la iglesia, porque ya sea que esté desarrollando una clase, un sermón, un devocional familiar o simplemente leyendo para expandir mi conocimiento el NAC siempre hará una aportación valiosa y coronará de provecho nuestro tiempo en la Palabra.
Hay 3 cosas que aún me gustan demasiado de esta edición del NAC, la primera es que está completamente en español, esta es una grande bendición pues derriba la barrera del idioma, la segunda es que está a un precio muy accesible y cuanto más en un plan de pagos mensuales con los que puedo comenzar a disfrutar del recurso desde el primer momento y la tercera es que una vez integrado a mi biblioteca en Logos puedo exprimirlo al máximo, puedo consultarlo en cualquier lugar, en múltiples dispositivos, sin necesidad de tener conexión a internet, puedo consultarlo en medio de una conversación con mis amigos, en medio de una sesión de consejería, sincronizarlo con mi biblia, hacer recortes, notas, copias visuales, en fin, las opciones son infinitas.
Mi sincero deseo es que sea tan provechoso para ustedes como lo ha sido para mi y la vida de miles de estudiosos que nos acercamos a Dios a través de su Palabra, echando mano de la sabiduría que ha derramado en sus hijos.