Sin neutralidad

El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
(Mateo 12:30)

Si una cosa nos debe quedar clara tras estudiar los Evangelios, y en especial las palabras de Jesús, es que para Dios no hay neutralidad; o estas con Cristo o estás en contra de Cristo. Existen pocas cosas tan radicales e importantes como esta.

Vale destacar que aunque en Mateo le está hablando a los fariseos que atribuyeron las obras del Espíritu Santo a Beelzebú, en Marcos 9:40 repite la misma idea pero esta vez a sus discípulos cuando le prohibieron a una persona que no andaba con ellos, que echara fuera demonios en el nombre de Jesús. En ambos casos es claro que solo hay dos opciones: o estamos con Jesús o estamos en contra de Jesús.

La cosa es que como creyentes es muy fácil ver esta enseñanza y automáticamente etiquetarla para aquellos que han rechazado a Cristo o que están indecisos en cuanto a si seguir o no a Jesús. Pero es una enseñanza para los creyentes también. Jesús le dijo a sus discípulos en Marcos 9:42 “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.”… ¿por qué cualquiera que haga tropezar a los que creen en Jesús? ¿Por qué se lo dijo a sus discípulos y no a los incrédulos? ¿por qué en el contexto inmediato de que “el que no es contra nosotros por nosotros es”?

Yo creo que muchas veces creemos que estamos recogiendo con Jesús pero en realidad lo único que estamos haciendo es desparramar. Como creyentes tendemos a estar convencidos que tenemos la verdad absoluta de absolutamente todo y lo permeamos a las prácticas y formas satanizando a quienes no se ajustan a nuestros criterios. De esta manera juzgamos a los que aplauden en un servicio cristiano, o a los que no aplauden. Juzgamos a los que oran en voz alta o a los que no elevan su voz para orar. juzgamos a los que danzan o a los que no danzan.

Pablo explica esto mismo en Romanos 14 y nos exhorta a que dejemos de hacer las cosas para nosotros y en lugar de eso lo hagamos para Cristo. “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos”. Y sigue explicando cómo es que incluso Cristo vino, murió y resucitó para el Señor, es decir, pensando en los propósitos de Dios y obedeciendo su voluntad.

Decía un buen amigo y colega que a veces nos sentimos la cuarta persona de la trinidad y queremos decirle a los otros tres cómo hacer las cosas. Eso no es recoger con Cristo, eso es desparramar. Procuremos no ser de tropiezo a nuestros hermanos y estar con Cristo, por Cristo y para Cristo.

“De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.” (Romanos 14:12-13)

Dios te bendiga,

Publicado en La Paz de Cristo  en Diciembre 1, 2015  por Jorge A. Salazar