En el libro de los Salmos, 14 de ellos hacen referencia en sus títulos introductorios a episodios históricos relacionados con la vida del rey David; y de esos 14, 8 se relacionan con el tiempo en que David estaba siendo perseguido por el rey Saúl.
No siempre esas referencias nos ayudan a una mejor comprensión del Salmo, pero en el caso del Salmo 34 que estudiaremos hoy, la alusión histórica arroja mucha luz para una mejor apreciación de su contenido.
Dice en el título introductorio del Salmo 34: “Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue”.
El episodio al que se hace referencia está registrado en 1Sam. 21:10-15. David se había enterado por su amigo Jonatán que su padre Saúl quería matarlo.
Así que decide huir de Israel e internarse en tierras filisteas, no sin antes pasar por la villa de Nob, donde el sacerdote Ahimelec le dio la espada que había sido de Goliat.
Pero David estaba tan desesperado que huye con esa espada en la mano a la ciudad de donde era Goliat, la tierra de Gat, donde estaba gobernando el rey Aquis.
La razón por la que se le llama Abimelec en el Salmo 34 es porque ese era el título que usaban los reyes filisteos, como Faraón en Egipto, o César en Roma.
Y para no dar la impresión de que estaba en ánimo de provocación, David decide fingir que está loco, y comienza a escribir garabatos en las portadas de las puertas y a dejar correr la saliva por su barba.
La treta da resultado y David sale ileso de la tierra de Gat para refugiarse en la cueva de Adulam, donde probablemente escribió este Salmo. Este fue un tiempo de mucha dificultad en la vida de David.
Estaba solo, escondido en una cueva con muy pocas comodidades; su vida corría peligro y, por si todo esto fuera poco, podemos sospechar por su conducta que no estaba en su mejor condición espiritual.
Pero aún así pudo elevar sus ojos al cielo, entrar en cordura y escribir este poema que ha sido de tanta bendición y edificación para el pueblo de Dios a través de las edades.
Un detalle interesante acerca de este Salmo es que fue escrito originalmente en forma de acróstico, de manera que cada verso comienza con cada una de las letras del alfabeto hebreo.
Ese era un recurso que se usaba en Israel para facilitar la memorización. De modo que este es un Salmo que todo creyente debe conocer y aún memorizar para su propio provecho espiritual.
Con estos detalles en mente, te invito ahora a que leas este Salmo y lo apliques a tu propia vida, cualquiera que sea tu situación en este momento.