“¿Qué venían discutiendo por el camino? Ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido entre si quien era el más importante.” Mr. 9:33-34
Jesús predice su muerte por primera vez en Mr. 8:31 al 38. Dice el texto: Hablo de esto con toda claridad (8:32). Luego Jesús predice su muerte por segunda vez en Mr. 9:31-32: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Lo matarán, y a los tres días de muerto resucitará. Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto, y no se atrevían a preguntárselo.” Pero entonces… ¿De qué hablan los discípulos? Su tema es: ¿Quién es el más importante?
Jesús les pregunta que discutían y se quedan callados: ¿Por qué? ¿Tendrían temor de preguntar? ¿Sentían vergüenza? ¿Qué pasaba? Parece que hay ambiciones personales y estas son más importantes que el Señor mismo. Muestran una apariencia de seguimiento pero detrás de esto reina una ideología triunfalista. El sufrimiento y rechazo no tienen cabida en la concepción mesiánica de los discípulos. Les parece inconcebible y una terrible equivocación. No entra dentro de su teología.
¿Cuál fue la respuesta de Jesús?
Elaboró una parábola dramatizada. “Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:
Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” Mr.
9:35-36. Acto seguido: Tomó a un niño y lo puso en medio de ellos. “Abrazándolo, les dijo:
El que recibe en mi nombre a uno de estos niños, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí sino al que me envió” Mr. 9:37.
La ubicación del niño en medio del grupo describe su forma de pensar. Lo abrazó. La enseñanza de Jesús esta centrado en dos movimientos: sentarse y abrazar. Jesús se sienta y enseña. Jesús toma a un niño y lo abraza. No descarta a sus discípulos. En estos dos movimientos Jesús muestra la paciencia que tiene con nosotros y nos recuerda como debe ser nuestra actitud de servicio: no hacer nada por egoísmo o vanidad, ser humildes considerando a los demás, velar no solo por mis propios intereses sino también por los intereses de los demás, servirles, amar, abrazar a otros, recibirlos y brindar oportunidades.
El Señor esta presentando un modelo que tiene que ver con la sencillez, humildad y pequeñez. Jesucristo nos presenta un modelo que denota quién es el enviado de Dios. Es esta persona-niño.
Mas adelante el pasaje bíblico nos dice: “Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó…” Mr. 10:13-14. La cultura judía no apreciaba a los niños. Tipificaban inmadurez y desconocimiento. No apreciaban su inocencia y potencialidad. Ocuparse de ellos era pérdida de tiempo. Los discípulos reprenden a los que habían traído los niños a Jesús. Ellos responden de acuerdo a su cultura y mentalidad. Jesús muestra su humanidad: Se indigna.
Mt. 18:3-4 nos habla del modelo de humildad en la comunidad del reino y de la necesidad de cambiar para pertenecer a el: “Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos”. Mr. 10:15 nos habla de recibir el Reino de Dios como un niño: “Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, de ninguna manera entrará en el”. Resalta la dignidad del niño y simplicidad a la hora de entrar en el reino. Lc. 9:48 dice: “El que es mas insignificante entre todos ustedes, ese es el más importante”
El reino de Dios pertenece a los niños porque lo reciben como don y no como recompensa por algún esfuerzo. Para los religiosos de esa época el reino de Dios consistía en el cumplimiento de la ley. La sencillez, humildad y pequeñez no formaban parte de su estilo de vida. Estos últimos valores descriptos deben ser la manifestación práctica de la comunidad de Fe, que nos recuerda lo que Jesús ya les había enseñado en Mr. 8:34:
- Negarse a si mismo: Significa una renuncia rotunda a sus intereses. Renuncia al egoísmo.
- Llevar la cruz: Es aceptar las condiciones. La obediencia al Maestro hasta las últimas consecuencias.
- Seguirlo: El final último puede ser el martirio.
Jesús resalta en la dignidad del niño, el modelo del reino y su ideología: Ser sencillos, humildes y servidor de todos.
“Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos” Mr. 10:16
Jesús no se deja llevar por los prejuicios de la cultura. Toma en sus brazos a los niños.
El Señor toma en sus brazos a los que todavía no tienen mucha comprensión de las cosas.
Este mensaje es para los adultos. Jesús, no corrige las ideas sino los valores y la conducta contraria al reino. No tener en cuenta a los niños significa también no tener en cuenta a los débiles y desprotegidos.
Seguramente las comunidades eclesiales de esa época podían tener los mismos problemas que tenemos hoy. ¿Cómo manejar “el poder” en nuestras relaciones eclesiales sociales? Los niños nos recuerdan lo que fuimos antes de llegar a lo que somos ahora. A veces somos prepotentes y demasiado confiados en nosotros mismos.
Seguir a Jesús implica no quedarnos detenidos en nuestra manera de privatizar la misión. La misión no tiene dueño y no es un capital privado. La misión es de Dios y nosotros solo instrumentos donde se nos invita a participar de ella.
Marcos da el antídoto y la respuesta al problema. Debemos Arrepentirnos y Cambiar. Sentir dolor y vergüenza. Recibir el reino de Dios como niño. Volvernos pequeños, humildes y sencillos. El niño no pretende haber conquistado con fuerza lo que recibe o hacerlo por mérito, presión, miedo, etc. Es gracia. Se sabe dependiente de otros. Tampoco son nuestras fuerzas lo que nos permiten conquistar el reino de Dios.
Algunas preguntas:
¿Qué pienso y siento cuando entiendo que me debo volver humilde, sencillo y pequeño? ¿Son otros una amenaza para mí? ¿Por qué? ¿Qué implica recibirlos, abrazarlos y bendecidlos? ¿Qué hacer para que volvamos a ser lo que el Señor quiere que seamos? ¿Estamos dispuestos a ser siervos sencillos, humildes y pequeños?
¿Tiene que ver nuestro modelo con el triunfalismo, status, fuerza, poder, resultados y autosuficiencia? ¿Qué es lo que debe ser evidente en nuestra vida cuando servimos en la iglesia y comunidad o cuando vamos a servir entre los pueblos menos evangelizados? ¿Cómo es nuestra forma de actuar cuando vamos a servir en otra cultura y etnia?