En la efervescencia de la navidad se desata una energía descomunal. Decoraciones destellan por doquier, la actividad comercial se multiplica, las bandas de las fábricas operan al máximo para cumplir con la demanda de regalos, se levanta una oleada de festejos que inundan el ambiente. Sin embargo, a pesar de la multitud de festejos, muchos terminan vacíos, pues el festejado, permanece fuera de sus fiestas.
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