Si pasas el suficiente tiempo en redes sociales, encontrarás todo tipo de personas. Algunas con contenido edificante y otras que hacen cuestionarte el nivel ético del mundo actual. Entre ellos, también hay quienes defienden la idea de que Jesús no existió históricamente.
Aunque en redes sociales hay contenido que promueve esta idea, en el mundo académico casi ningún especialista en Historia, Filosofía o Teología cuestiona la existencia histórica de Jesús.
Las tres búsquedas del Jesús histórico
Durante la Ilustración surgió la llamada “primera búsqueda del Jesús histórico”, un esfuerzo académico por separar a Jesús de todo lo sobrenatural que muestra la Biblia. Se interpretaron sus milagros de forma metafórica y se negó que la Palabra fuera una revelación divina.
Este enfoque desfió la visión cristiana sostenida por siglos y debilitó las bases teológicas y filosóficas de la cultura occidental. Sin embargo, el médico y teólogo Albert Schweitzer puso fin a esta etapa con una obra que refutó la visión ilustrada sobre Jesús.
Después, a principios del siglo XX, surgió la “segunda búsqueda del Jesús histórico”. Varios autores cuestionaron los elementos sobrenaturales de la fe bíblica. Incluso, comenzaron a dudar o negar la existencia histórica de Jesús, atribuyendo su figura a leyendas.
Irónicamente, durante esta etapa, muchos buscaron frenar por varias décadas los estudios sobre el tema. Peter Christian Jensen publicó uno de los primeros libros negando la existencia histórica de Jesús en 1909. Sin embargo, su perspectiva nunca ganó fuerza en la comunidad académica.
Fue hasta la “tercera búsqueda del Jesús histórico” cuando se intentaron dejar de lado los sesgos extremos. Se abordó el estudio de Jesús considerando su contexto social, cultural, político, económico y religioso, contrastando esos datos con el Nuevo Testamento.
Fuentes históricas no cristianas sobre la existencia de Jesús
Con todo, hay evidencia disponible que se mantiene firmemente en pie a la hora de defender la existencia histórica de Jesús. La fe en Jesucristo tiene, a diferencia de la mayoría de las religiones del mundo, raíces robustas en la Historia.
A pesar de los aspectos sobrenaturales narrados en la Biblia, sus relatos ocurren en contextos específicos. En muchos casos, haciendo referencia a hechos históricos bien documentados.
En el caso de Jesús, existen fuentes históricas no cristianas que respaldan los detalles narrados en la Biblia. Josefo, el historiador judío del siglo I, menciona a Juan el Bautista y a “Jacobo, hermano de Jesús”, quien fue ejecutrado por líderes judíos. Estas referencias respaldan la idea de que Jesús no fue una figura mitológica, sino un personaje real que vivió en la Judea del siglo I.
Sin embargo, esta última evidencia ha generado debate, ya que algunas partes del texto de Josefo hablan favorablemente de Jesús. La mayoría de los especialistas considera que pudo haber sido modificada por copistas cristianos. Aún así, los eruditos judíos reconocen que el testimonio original de Josefo tiene valor histórico.
Las pruebas principales de la existencia histórica de Jesús en fuentes no cristianas son las menciones de Suetonio, Técito y Plinio el Jóven. El primero es una fuente que ha perdido peso en el mundo académico debido a explicaciones alternativas.
Por otro lado, Tácito, político e historiador que odiaba a los cristianos, menciona a Cristo al relatar la persecución que Nerón inició contra ellos. En su texto, sitúa a Jesús en tiempos del emperador Tiberio y afirma que fue ejecutado bajo el gobierno de Poncio Pilato.
Plinio El Joven escribió sobre la fe de los cristianos ante la persecución, especialmente la de los mártires, centrándose más en los seguidores de Jesús. Además, no hay nada en la visión romana que mencione algún tipo de elemento mitológico sobre Aquel que inspiraba a ese grupo perseguido.
Pruebas arqueológicas y documentos del primer siglo
También es importante analizar la validez del Nuevo Testamento como un conjunto de documentos fiables.
Piñero, en Aproximaciones sobre el Jesús histórico, ve una figura histórica en la narrativa del Nuevo Testamento, no un mito sin raíces en la realidad. En ese sentido, los evangelios transmiten el relato fiel de la vida de Jesús, acorde con el estilo y los métodos históricos propios de su tiempo.
Aunque el tema es amplio, hay al menos dos razones para confiar en el relato del Nuevo Testamento. La primera es que transmite de forma veráz la vida de Jesús. Muchas dudas actuales parten de la idea errónea de que, por haberse escrito en una época con poca tecnología, su contenido no puede ser confiable.
Sin embargo, los evangelios narran hechos con fidelidad al consultar testigos, organizaban los detalles cuidadosamente y buscaban transmitir una enseñanza clara. Además, en la cultura judía existía un enfasis muy fuerte en la memorización de todo lo que se consideraba espiritualmente relevante.
El segundo aspecto clave es la cantidad de copias del Nuevo Testamento hasta hoy en día. Es necesario confiar en que su contenido se ha preservado con fidelidad. Actualmente, existen cerca de 5 mil manuscritos del Nuevo Testamento.
¿Por qué importa reconocer a Jesús como una figura histórica?
A pesar de la gran influencia de figuras como Sócrates o Alejandro Magno, la evidencia de su existencia y confiabilidad de las fuentes que la respaldan es limitada. Sin embargo, casi nadie pone en duda que hayan sido personajes reales. A diferencia de lo que ocurre con Jesus.
La insistencia en negar la existencia de Jesús causa la desinformación a nivel popular. Los autores que más cuestionan la existencia histórica de Jesús carecen de reconocimiento en el ámbito académico y, en su mayoría, se mantienen dentro del ámbito de la literatura popular.
Esto provoca que muchos lleguen a pensar que estas posturas son realmente válidas. Además, se pierde de vista la singularidad de la fe cristiana. Como explica J.P Moreland, en Introducción: El fenómeno de Jesús, al respecto:
No podemos infravalorar la importancia que estos temas encierran para la humanidad, y más concretamente, para la gente de nuestra época. Si Jesús es quien dijo ser, y quien sus discípulos aseguraban que era, no nos encontramos tan sólo en medio de un debate académico. De hecho, estamos ante la cuestión más importante para nuestras vidas y nuestro destino eterno.
J.P. MOreland – Introducción: el fenómeno de Jesús
Jesús ha sido la figura más influyente en la historia y su conexión con una región específica, tiempo particular y los hechos históricos que siguieron son fundamentales para entender que Él y su mensaje son únicos y merecen confianza plena.