Jesús y su Amor por los Pequeños


Jesús y los Niños: Un Encuentro Transformador

Un pasaje clave que muestra cómo Jesús ama a los niños es Marcos 10:13-16.

En esta escena, los discípulos intentaron impedir que los niños se acercaran a Jesús, pero él los corrigió con firmeza. En la cultura de la época, los niños no tenían un estatus elevado en la sociedad. Sin embargo, Jesús desafió estas normas al demostrar que ellos también eran valiosos ante los ojos de Dios. Su acción nos recuerda que los niños no deben ser ignorados en la comunidad de fe.

Además, Jesús no solo permitió que se acercaran a él, sino que también los bendijo. Esto nos enseña que cada niño es importante para Dios y debe ser acogido con amor en la iglesia y la familia. La presencia de los niños en la comunidad cristiana es una muestra del amor y la gracia de Dios.

Jesús no solo recibía a los niños, sino que también usaba su ejemplo para enseñar sobre la fe y el reino de Dios. En varias ocasiones, mostró que la humildad, la confianza y la pureza de un niño eran características esenciales para aquellos que querían seguirlo.

La Fe de los Niños: Un Modelo para los Creyentes

Jesús no sólo bendijo a los niños, sino que también los puso como ejemplo de la actitud que los creyentes deben tener:

“y dijo: «En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos”

(Mt. 18:3)

La fe de los niños es pura, sincera y confiada. No dudan del amor de sus padres y esa es la misma confianza que Dios espera de nosotros. Jesús mostró con un niño que para entrar al reino de Dios se necesita un corazón abierto y dispuesto a creer.

Los niños no dependen de sus propios méritos ni intentan justificarse a sí mismos; simplemente confían en el amor y la provisión de sus padres. De la misma manera, debemos confiar plenamente en Dios, sin tratar de alcanzar la salvación por nuestras propias fuerzas. Jesús nos llama a tener una fe sencilla, sin complicaciones, donde nuestra relación con Dios sea tan natural como la de un niño con su padre.

La Responsabilidad de los Adultos Según la Biblia

La Biblia muestra la responsabilidad de los adultos en la guía espiritual de los niños, como leemos en Proverbios 22:6: “Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él”.

Esto nos llama a educar a los niños en los caminos de Dios. Ya sean padres, maestros o líderes espirituales, todos tenemos el deber de enseñar a los niños sobre la fe y ayudarles a desarrollar una relación con Dios. Es esencial que los niños reciban enseñanzas bíblicas en el hogar y la iglesia para fortalecer su fe y formar un carácter firme.

Padres y maestros deben ser un ejemplo coherente con lo que nos enseña Jesús, guiando con amor, paciencia y devoción. La mejor forma de educar en la fe es demostrarla con acciones, no sólo con palabras, tal como Jesús nos enseñó a nosotros.

Este proverbio nos anima a valorar la influencia que podemos tener en nuestros hijos y jóvenes, al señalar que la formación piadosa tiene un efecto duradero real en su evolución.

Versículos Bíblicos Sobre los Niños

Para comprender más sobre el papel importante de los niños en la Biblia, aquí algunos versículos sobre niños que son clave:

“Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. » Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”

Deuteronomio 6:6-7 (NBLA)

“y dijo: «En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos”

Mateo 18:3 (NBLA)

“Pero Jesús dijo: «Dejen a los niños, y no les impidan que vengan a Mí, porque de los que son como estos es el reino de los cielos”

Mateo 19:14 (NBLA)

“Cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a Mí; no se lo impidan, porque de los que son como estos es el reino de Dios”

Marcos 10:14 (NBLA)

“Y ustedes, padres, no provoquen a ira a sus hijos, sino críenlos en la disciplina e instrucción del Señor”

efesios 6:4 (NBLA)

Estos versículos muestran la importancia de los niños en la fe cristiana y el llamado a los adultos a guiarlos en su crecimiento espiritual.


Como seguidores de Cristo, debemos preguntarnos: ¿tratamos a los niños como Jesús lo haría?, ¿estamos honrando y valorando a los niños como Jesús lo haría? ¿estamos criando a nuestros hijos en la fe y proporcionándoles un ambiente donde puedan conocer a Dios?

Es nuestra responsabilidad reflejar el amor de Cristo a los niños y enseñarles que son amados y valorados por Dios. Que podamos esforzarnos por ser ejemplos de fe y guías espirituales en sus vidas. Si este mensaje te ha inspirado, comparte este artículo con padres, maestros o líderes que deseen fortalecer la fe de los niños. ¡Hagamos que el amor de Dios llegue a las futuras generaciones!