¿Qué quiso decir Pablo en Rom. 11:26 al declarar que “todo Israel será salvo”?

Luego de haber considerado la enseñanza de Pablo en los versículos 1 al 24 del cap. 11 de Romanos, ahora pasamos a considerar el resto del pasaje. Lo que Pablo va a decirles ahora es un misterio, es decir, una verdad que sólo puede ser conocida si a Dios le place revelarla. Y ¿cuál es ese misterio? “Que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (vers. 25). El endurecimiento de Israel, dice Pablo, es un endurecimiento parcial, porque no todos los israelitas han sido endurecidos, y así será hasta el final de los tiempos, hasta que se convierta el último gentil que haya sido elegido por Dios.

El problema es que algunos leen este texto como si Pablo estuviese diciendo: “El endurecimiento de Israel será solo por un tiempo, pero tan pronto entre la plenitud de los gentiles, es decir, cuando se conviertan todos los gentiles que se van a convertir, entonces el endurecimiento será quitado y todo Israel será salvo. Y eso va a coincidir con la segunda venida de Cristo (comp. vers. 26)”.

Pero, como hemos visto ya, el tema que Pablo viene tratando desde el principio es el de la salvación de los judíos que se convierten al Señor en esta era evangélica y no una salvación nacional al final de los tiempos. Y es obvio que Pablo no ha cambiado de tema, porque vuelve sobre este mismo asunto en los versículos 30-31, como vimos anteriormente: “Pues así como vosotros en otro tiempo fuisteis desobedientes a Dios, pero AHORA se os ha mostrado misericordia por razón de la desobediencia de ellos, así también AHORA éstos han sido desobedientes, para que por la misericordia mostrada a vosotros, también a ellos AHORA les sea mostrada misericordia” (Biblia de las Américas).

¿Qué es lo que Pablo está diciendo aquí? Que ese endurecimiento parcial de Israel continuará durante toda esta era evangélica, “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”. Pero ese “hasta” no implica que después vendrá una situación diferente a la que ha sido descrita, sino que más bien establece el hecho de que el endurecimiento de Israel nunca será total (comp. 1Cor. 15:25 – de paso, ese es también su significado en Lc. 21:24). Hasta el fin de esta era presente el endurecimiento de los judíos seguirá siendo un endurecimiento parcial; la puerta de la salvación seguirá abierta para ellos hasta el final, y el remanente de Dios escogido por gracia seguirá entrando por ella.

Con esto en mente, ahora podemos pasar a considerar lo que Pablo dice en los versículos 25-26, que es la parte crucial de su argumentación: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad”.Es lamentablemente que la RV60 haya traducido la expresión griega que aparece allí como: “Y luego”, dando la impresión de que se trata de algo que ocurrirá después de que haya entrado la plenitud de los gentiles. Esa palabra aparece 205 veces en el NT, e invariablemente su significado es: “Y así”, “y de ese modo”, “de esa manera”. Es por eso que la versión de las Américas lo traduce: “Y así todo Israel será salvo”.

El comentario de O. Palmer Robertson es muy pertinente aquí: “Primero, las promesas y el Mesías fueron dados a Israel. Entonces, en el misterioso plan de Dios, Israel rechazó a su Mesías y fue cortado de su posición de privilegios distintivos. Como resultado, la venida del Mesías fue anunciada entre los gentiles. Las naciones, entonces, obtuvieron por la fe lo que Israel no pudo encontrar al buscarlo en sus propias fuerzas carnales. Frustrados al ver las bendiciones de su reino mesiánico amontonadas sobre los gentiles, individuos judíos son movidos a celos. Consecuentemente, ellos también se arrepienten, creen y comparten las promesas hechas a ello. ‘Y de esa manera’… por ese fantástico proceso que continuará a través de toda la edad presente… todo Israel es salvado” (The Israel of God; pg. 182).Y comentando acerca de esa misma expresión que Pablo usa en el vers. 26, dice Hendriksen: “Las palabras ‘y así’ son explicadas por Pablo mismo. Ellas indican: ‘De un modo tan maravilloso’, un modo que nadie podría haber anticipado… El rechazo mismo de la mayoría de los israelitas, que recurre una y otra vez a lo largo de la historia, era, es y será, un eslabón en el cumplimiento de la salvación de Israel” (pg. 420). Por eso Pablo añade en el vers. 32: Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos”. Ahora bien, ¿a qué se refiere Pablo aquí con la expresión “todo Israel”? Hay dos buenas posibilidades. Una es que se trata del número total de judíos que ha de ser salvado a través de la historia, es decir, la suma de todos los remanentes de todas las edades. Pero personalmente creo que se trata de todos los creyentes, judíos y gentiles, que forman el verdadero Israel de Dios del nuevo pacto. Pablo ha dicho ya que el pueblo de Dios es uno solo, un único olivo compuesto por judíos y gentiles creyentes. A través de ese proceso de injertar en ese único olivo las ramas de olivo silvestre (los gentiles que creen), así como sus propias ramas naturales que habían sido desgajadas, pero vueltas a injertar (los judíos que también han creído), es que se va conformando ese Israel de Dios que está siendo salvado a través de la historia.

Pienso que eso concuerda perfectamente con lo que Pablo ha dicho anteriormente en esta misma carta a los Romanos con respecto al verdadero Israel. En Rom. 2:28-29 Pablo dice claramente que no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios”. Y luego en el cap. 9 añade: “No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”.

Una cosa más: Hemos visto ya que algunos presuponen que Pablo está hablando aquí de una conversión masiva de judíos inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo, por lo que Pablo dice en Rom. 11:26. Pero noten que allí no dice que el Libertador vendrá “A” Sión, sino que el Libertador vendrá “DE Sión”, es decir “DESDE Sión”. Pablo no parece estar hablando aquí de la segunda venida de Cristo, sino de la primera, cuando el Salvador vino DESDE Sión, desde esa nación terrenal, para traer abundante salvación para todos.

Conclusión:

En conclusión, el tema que Pablo trata en Rom. 11 no es el de una conversión masiva de judíos a lo largo de la historia, sino la forma maravillosa como Dios está llevando a cabo Sus propósitos redentores a lo largo de esta era evangélica, tanto con los judíos como con los gentiles. En una forma sorprendente Dios está llevando a cabo Su plan de salvación en la historia, para que al final de los tiempos una gran multitud de redimidos de todas naciones, y tribus, y pueblos y lenguas, alaben el nombre de Cristo por los siglos y confiesen con sus bocas que Jesús es el Señor para la gloria de Dios Padre.