“Denles ustedes mismos de comer” Mr. 6:37, Mr. 6:30-44

El pasaje que se describe surge como resultado de un reporte misionero luego de una comisión específica que Jesús da a sus discípulos (Mr. 6:6-13). Les dio poder y autoridad para curar enfermedades y expulsar a todos los demonios. Sabiendo que la tarea de anunciar el Reino de Dios es una tarea integral, les dota de poder para sanar enfermedades y expulsar demonios (Lc.  9:1-2).

También les instruye para que no se preocupen por la comida, por la ropa o por el lugar para dormir (Mr. 6:8-9). En el proceso de preparación para el ministerio que tenían por delante era necesario que esto quedara claramente en la mente de ellos.

Cuando los apóstoles regresan de su viaje misionero le informan a Jesús lo que habían hecho. Ellos habían predicado el evangelio, habían sanado enfermos y libertado a los cautivos de los demonios (Mr. 6:30) y (Lc. 9:6). Entonces, “como no tenían tiempo ni para comer, pues era tanta la gente que iba y venía, Jesús les dijo: Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco” (Mr. 6:31)

Seguramente estarían animados con esta invitación y habrán sentido que merecían un tiempo de descanso y a solas con el Señor. Lo que ellos no tenían en sus planes era que una multitud de cinco mil personas llegan a ese mismo lugar con el deseo de ver al maestro, de escuchar sus enseñanzas, de ser sanados y liberados de sus congojas.  En lugar de rechazarlos, Jesús les da la bienvenida (Lc. 9:11).

“Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran ovejas sin pastor. Así que comenzó a enseñarles muchas cosas.” (Marcos 6:34),  “Sanó a los que estaban enfermos” (Mt.14:14). Hay distintas perspectivas de los evangelistas que forman una sola pieza: Enseñó y sanó.

“Cuando ya se hizo tarde, se le acercaron los discípulos y le dijeron: Este es un lugar apartado y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vayan a los campos y pueblos cercanos y se compren algo de comer” (Mr. 6:35-36). Jesus les responde: “Denles ustedes mismos de comer” (Mr. 6:37a)

“Denles de comersignifica que debemos ser solidarios ante las necesidades no satisfechas de otros y se espera que cada uno pueda contribuir a solventar esas necesidades. Implica estar disponibles, acercarnos a la gente y crear un puente para que conozcan a Jesús. Denles de comer es ocuparnos de lo que es importante para Él, porque Él se ocupara de lo que es importante para nosotros.

Cuando hay situaciones problemáticas que resolver surgen cuestionamientos y  preguntas difíciles. Ellos objetaron: “¡Eso costaría casi un año de trabajo! ¿Quieres que vayamos y gastemos todo ese dinero en pan para darles de comer?” (Mr. 6:37b).

Ellos tenían problemas y sus problemas eran graves: Desafían al Señor. Objetaron con fuerza su autoridad. La argumentación tiene que ver con el uso del dinero y el gasto para darle de comer a una multitud. En Lucas 8:1-3 se nos relata que Jesús era acompañado por un equipo amplio que suplían las necesidades: “Lo acompañaban los doce y también algunas mujeres… y muchas mas (mujeres) que los ayudaban con sus propios recursos”. Los discípulos parecen que toman como derecho propio algo que le pertenece primeramente al Señor. Olvidan el desafío que se les hace a los miembros del equipo. Hacer un compromiso con el Maestro incluye, no solo su vida sino también, la de sus bienes (Lucas 8:3).

Jesucristo nos da un mandato y pone a prueba nuestra Fe. A Felipe Jesús le pregunto: ¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente? (Jn. 6:5). Desafió su sentido estadístico, de presupuesto y planeamiento. Les estaba diciendo a sus discípulos: ¿Cómo vamos a resolver este tema?

Lo cierto es que a todos nos vienen problemas y muchas veces las circunstancias que  enfrentamos superan nuestra propia capacidad de respuesta. Ante las dificultades debemos recordar quien es Jesús, tranquilizarnos y confiar en su poder. Con Dios nada es imposible (Lc. 1:37). Cuando pasamos por dificultades la esperanza que tenemos es que el Señor lo ha visto primero y por lo tanto debemos concentrarnos en las soluciones.

Jesús les pregunta y dice: “¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver.” Mr. 6:38

La respuesta del Señor es: comiencen a buscar de lo que tienen. Vayan a ver, ¿cuantos panes tienen? En otras palabras Dios nos dice: ¿Qué tienes en la mano?

David solo tenia una honda y venció a Goliat, Moisés una vara y libero a un pueblo. Gedeon tenía antorchas y gano una gran batalla. Lo cierto es que algo siempre tenemos. ¿Qué es lo que tienes?

“Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿Qué es esto para tanta gente?” (Jn. 6:9). Eran panes de cebada, el pan de los pobres, él más económico y dos pescados tipo sardinas en vinagre. “Tráiganmelos acá, les dijo Jesús” (Mt.14:18). A los pies del Señor. Dios usa cosas pequeñas para bendecid a muchos. Lo poco es mucho cuando se lo damos a Jesús. Esto implica generosidad, renunciar al egoísmo y dar con alegría.

“Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por grupos sobre la hierba verde” Mr.6:39. Debemos estar preparados para obedecer antes que pedir ser bendecidos. Dios desea un banquete comunitario global. Desea que todas las etnias sean alcanzadas con todo el evangelio. La mesa o banquete tiene dos lados: el de arriba y el de abajo. A veces la misión la queremos hacer desde arriba, donde hay abundancia y si no hay abundancia nos inclinamos por no hacer nada. Jesús en este caso nos invita a sentarnos en el pasto, en un lugar de igualdad, sin diferencias para compartir el alimento sencillo pero contundente. Compartir todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos.

“Jesús tomo los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos para que los repartieran a la gente. También repartió los dos pescados entre todos.” Mr. 6:41

¿Qué hizo Jesús con lo que tenía? Dio gracias. Lo significativo era la gratitud por lo que tenia y la confianza de lo que vendría. Con el agradecimiento comienza el milagro. Esta señal muestra la suficiencia de Jesús en medio de la deficiencia. Lo insuficiente pero consagrado pudo satisfacer la necesidad de la multitud. Teodoro Williams dijo: “Lo importante no es lo que no tenemos sino que hacemos con lo que ya tenemos”.

“Comieron todos hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos de pan y de pescado”. Mr. 6:42-43

Es una gran lección para los discípulos. Les recuerda que no deben preocuparse de la comida, el vestido y donde dormir. Dios les da su provisión en medio de la tarea y  conectados con la gente. La provisión de Dios tiene relación directa con estar en el centro de su voluntad. Debemos compartir el evangelio de Jesucristo en todo tiempo y en todo lugar. “La tarea de la evangelización del mundo no depende de tener un plan que se pueda publicitar, de tener el liderazgo adecuado, y los recursos necesarios. Depende que cada cristiano, en todo lugar  entienda que fue llamado a compartir las buenas nuevas de salvación, porque todo hombre en todo lugar tiene el derecho otorgado por Dios, de escuchar, por lo menos una vez en su vida, la presentación clara del evangelio de Jesucristo, en su propio idioma y en una forma culturalmente sensible que le permita tomar una decisión al respecto” (David Ruiz).

Preguntas para la reflexión y trabajo grupal:

Cuando paso circunstancias difíciles y de pruebas: ¿Cómo suelo responder?

¿Estas viviendo alguna circunstancia especial que te hace dudar del futuro?

¿Qué  principios de este pasaje bíblico puedo aplicar a mi situación personal o comunitaria? ¿Qué significa para la vida de la Iglesia: “Denles ustedes mismos de comer”? ¿Cuál es la misión de la iglesia?

Carlos Scott

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